Un minibús de conducción autónoma circula por el distrito Yuhang de Hangzhou, provincia de Zhejiang, 22 de mayo del 2024. (Foto: Xinhua)
La intentona de Estados Unidos para prohibir en las próximas semanas el software chino en vehículos autónomos y conectados solo dañaría el desarrollo global del sector, afirmaron este lunes los observadores chinos, e instaron a que el norteño país busque una cooperación de beneficio mutuo con China, en lugar de asumir las posibles pérdidas de desarrollo suprimiendo a las empresas chinas mediante la absurda manía de apelar a la "seguridad nacional".
“El plan reportado refleja la creciente preocupación por el rápido desarrollo de las industrias chinas y los claros intentos de Washington de restringir a China por razones políticas”, aseguró Li Yong, investigador principal de la Asociación China de Comercio Internacional.
“Avanzar en el desarrollo de vehículos autónomos depende de la cooperación global. El sector tiene un ecosistema relativamente grande y altos costos de investigación y desarrollo. Si Estados Unidos excluye a las empresas chinas, la medida retrasaría la comercialización global de vehículos autónomos”, recalcó Zhang Xiang, secretario general de la Asociación Internacional de Ingeniería de Vehículos Inteligentes, con sede en Shanghai.
Reuters informó este domingo que la administración Biden planea proponer una regla que prohibiría el software chino en vehículos que circulen por EE. UU. que tengan automatización de nivel 3 y superior. Asimismo, prohibiría las pruebas en las carreteras de EE. UU. de vehículos autónomos producidos por empresas chinas.
Sumado a ello, Washington también planea proponer prohibir la entrada de vehículos con módulos avanzados de comunicaciones inalámbricas desarrollados por China a circular por las carreteras estadounidenses. En este caso, los fabricantes de automóviles y proveedores tendrían que verificar que ninguno de sus vehículos conectados o software avanzado de vehículos autónomos haya sido desarrollado por una "entidad extranjera de interés" como China.
Zhang destacó este que Estados Unidos y China complementan sus fortalezas en el sector debido a que las empresas estadounidenses pueden obtener una rápida y económica tecnología china avanzada, mientras que las empresas chinas pueden expandir su participación en el mercado y obtener ganancias. En este sentido, las empresas chinas se están poniendo al día con Estados Unidos en términos de desarrollo tecnológico de la conducción autónoma.
El último esfuerzo de Estados Unidos para prohibir productos chinos específicos se anuncia menos de tres meses después de que la administración Biden inciará su decisión de imponer aranceles adicionales a los vehículos eléctricos fabricados en China. Li aseguró que ambas medidas tienen un mismo propósito: obstaculizar el desarrollo de China.
“El movimiento de Estados Unidos hacia el "desacoplamiento" del software chino en vehículos autónomos y conectados, donde China tiene obvias ventajas competitivas, afectará el desarrollo industrial del propio Estados Unidos”, concluyó Li.