Agricultores portan cestas de naranjas en un huerto de Huichang, provincia de Jiangxi, 2019. Muchos lugareños han salido de la pobreza cultivando esta fruta. [Foto: Chen Zebing/China Daily]
Por Yu Jiantuo
Beijing, 27/04/2020 (El Pueblo en Línea) - China, aunque en los últimos años ha ampliado el sistema de seguro médico en zonas rurales, el temor a la propagación del nuevo coronavirus en dichas áreas causó una gran preocupación. Si el nuevo virus se hubiera propagado a zonas rurales relativamente poco desarrolladas o empobrecidas, que carecen de recursos médicos adecuados y de suficientes profesionales de la salud, podrían haber sufrido terribles consecuencias.
Sin embargo, una encuesta realizada en docenas de condados empobrecidos de toda China demostró que la mayoría de ellos habían adoptado medidas rápidas y eficaces de prevención y control de la epidemia.
De los 26 condados encuestados, cinco declararon el 23 de enero una alerta de respuesta de nivel 1(nivel más alto), el mismo día que lo hizo Wuhan, epicentro del brote en China. Y cuando la capital de Hubei fue declarada en confinamiento, el resto lo hizo 48 horas después. Esa rápida respuesta sentó las bases para adoptar el enfoque de "detección temprana, notificación temprana, cuarentena temprana, tratamiento temprano" en la lucha contra el nuevo coronavirus.
Por otra parte, los condados se han mostrado flexibles a la hora de hacer ajustes en sus medidas de prevención y control en función de la situación de la epidemia. Con el paso del tiempo, el virus no planteó el mismo nivel de amenaza para todos los condados, por lo que algunos de ellos ajustaron sus niveles de alerta antes que los demás y basándose en la dinámica local. Por ejemplo, el 7 de febrero un condado cambió su alerta de respuesta del nivel 1 al nivel 2. Y a finales de febrero, el 11,6% de los condados encuestados habían bajado su alerta al nivel 2, y el 34,6% al nivel 3. La disminución de sus niveles de respuesta en función de la evolución de la situación ofreció un apreciable margen para que la economía local se recuperara y aseguró que los medios de vida de la población no se vieran gravemente afectados.
Asimismo, sin dejar de tener presente el amplio panorama antiepidémico, los condados también aplicaron sus propias medidas de prevención y control de epidemia sobre la base de sus distintas condiciones locales. Es cierto que una epidemia exige la aplicación de medidas de prevención y control integradas y coordinadas en todos los lugares. Pero ello no significa necesariamente que todas las regiones deban adoptar un enfoque totalmente uniforme. La mayoría de los 26 condados encuestados establecieron sus niveles de respuesta de acuerdo con los requisitos de sus gobiernos superiores, pero cuatro condados establecieron y ajustaron sus niveles de respuesta en función de sus propias condiciones.
El distanciamiento social, como medida clave de prevención y control de la epidemia, ha sido ampliamente adoptado por los condados. El brote en el país coincidió con el año nuevo lunar, época de reunión familiar, visitas de amigos y parientes, celebraciones en grupo y salidas de compras. Dentro de este contexto, la observancia del distanciamiento social fue importante para contener la propagación del virus.
En el punto álgido de la epidemia, todos los condados encuestados cerraron los enlaces de tráfico con el mundo exterior. Casi el 70 por ciento de ellos establecieron puntos de control en las principales rutas de transporte y más del 90 por ciento suspendieron los servicios de transporte público dentro de su jurisdicción. Además, cerca de la mitad de los condados restringieron el acceso de los forasteros a las aldeas o comunidades, más del 90% registraron y rastrearon a las personas que regresaban de Hubei, y el 70% exigieron a los habitantes locales que regresaron de Hubei que entraran en cuarentena domiciliaria obligatoria. Las restricciones a corto plazo del desplazamiento y la reunión de personas ayudaron a reducir las posibilidades de que el virus ganara terreno.
Para vigorizar más aún las acciones anteriores, los condados utilizaron una movilización social adecuada y difundieron información oportuna sobre la epidemia. Un gran número de organizaciones de base, voluntarios y ciudadanos trabajaron por el bien común, generando un diáfano impulso a la implementación de esas medidas.
A nivel informativo, se crearon equipos de trabajo en las aldeas y las comunidades para difundir conocimiento sobre el virus y subrayar la amenaza que representa para los seres humanos. Algunos de ellos diseñaron juegos, grabaron vídeos cortos y montaron obras de teatro para popularizar los conocimientos sobre el nuevo coronavirus.
Por supuesto, el éxito de la labor de prevención y control en los condados no puede separarse de las amplias medidas contra el virus adoptadas a nivel nacional. Una serie de medidas emitidas por las autoridades centrales, como la actualización oportuna de las normas de análisis, el pago de los gastos de los análisis y el tratamiento de los pacientes a cargo de las arcas del Estado, el suministro de equipos de análisis e instrumentos de diagnóstico a los gobiernos locales, la oferta de ayuda financiera a las pequeñas y medianas empresas y el apoyo a la reanudación de la producción y otras actividades económicas -que crean una sinergia entre los intereses del gobierno central, los gobiernos locales y la población- han contribuido a que la labor de prevención y control tribute resultados positivos a nivel local.
La experiencia de la labor de prevención y control de epidemia en las zonas empobrecidas del país tiene gran importancia para otros países, especialmente los países en desarrollo, ya que ofrece una solución viable para las naciones con escasa capacidad financiera e insuficientes recursos sanitarios para luchar eficazmente contra la pandemia, al margen de la falta de una cura o vacuna.
Hasta cierto punto, la intervención social es la única herramienta con que los países menos desarrollados pueden prevenir y controlar la propagación del virus. Para hacer un mejor trabajo en la lucha contra la epidemia, un gobierno debe priorizar la salud de su población, tomar las decisiones correctas, movilizar sus recursos sociales y humanos, practicar una eficiente y loable gobernanza y, de ser necesario, buscar la colaboración de otros países.
La autora es vicepresidenta de la Fundación de Investigación para el Desarrollo de China.
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